domingo, 16 de septiembre de 2012

PREVENCIÓN EN BOCA DE TODOS



Te damos algunas recomendaciones que puedes tener en cuenta para prevenir problemas bucales:

- Evita, en la medida de lo posible, tomar en exceso dulces y azúcares.
- No fumes.- Evita los refrescos carbonatados ya que contienen ácidos que pueden dañar el esmalte dental.- Mastica chicle sin azúcar después de las comidas. Ayuda a segregar saliva que protege de la placa.


 VISITAS PERIÓDICAS A LA CLINICA DENTAL

Revisa periódicamente tu boca, al menos dos veces al año.
Tu dentista te examinará en busca de posibles problemas, te aconsejará sobre las mejores soluciones e intervendrá en los casos que lo requieran dejando tu boca en el mejor estado.

La etapa infantil es crucial para sentar las bases de una adecuada limpieza buco-dental para toda la vida.

Además los niños constituyen una población que presenta un alto riesgo frente a las enfermedades dentales.

Durante esta etapa, los padres y los educadores desarrollan un papel fundamental en la salud dental de los más pequeños al ser el modelo en el que el niño se puede mirar y porque son los responsables de iniciar a los niños en las prácticas saludables para el cuidado de sus dientes.

Los dientes comienzan a salir a los seis meses de vida del bebé (dos incisivos inferiores y los dos superiores) en la etapa de dentición.

Es el momento de acudir por primera vez al dentista para una inspección de la boca del bebé y para recibir sus consejos en cuanto a cuidado y limpieza.

A los tres años de edad el bebé tiene ya toda su dentadura primaria (dientes de leche).

Es conveniente visitar al Odontopediatra para una revisión.

El cuidado de estos dientes provisionales no es menos importante que el de los definitivos ya que ocupan el asiento de los posteriores y unas encías sanas son sinónimo de un futuro dental de éxito.

A partir de los seis años y hasta los doce o trece el niño va perdiendo sus dientes de leche que van siendo reemplazados por los definitivos.

En esta época es importante insistir en una buena limpieza bucal ya que en los huecos que dejan los dientes se acumula gran cantidad de placa bacteriana.

HÁBITOS Y ACTITUDES DE LA HIGIENE BUCAL

El niño necesita adquirir una serie de hábitos de gran importancia para mantener una adecuada higiene bucal.
El cepillado dental es uno de los factores más importantes para mantener un buen estado bucal.

La participación de los padres y hermanos mayores en esta actividad es fundamental, ya que constituyen el principal modelo de referencia.

De los 4 a los 24 meses de vida los padres deben cepillar los dientes de los niños.

De los 2 a los 4 años de edad los niños han de limpiarse los dientes con la supervisión de los padres ya que su habilidad motriz es todavía limitada.

De los 5 a los 7 años de edad ya han desarrollado más destreza en las manos y por lo tanto la supervisión es menos estricta por parte de los padres.

A partir de los 8 años, el niño ya es capaz de limpiarse los dientes correctamente sin ayuda de nadie, siempre y cuando se hayan sentado previamente las bases y hábitos correctos.

Hay que enseñar al niño a lavarse los dientes al menos dos veces al día, preferiblemente por la mañana y antes de irse a la cama, con un tiempo mínimo en el cepillado de 2 minutos.

Hay que prestar especial atención a la superficie de las muelas y a la parte posterior de los dientes ya que presentan más tendencia a la aparición de cavidades.

Utilizar un cepillo con cerdas suaves especial para niños y pasta con flúor o especiales para niños que habrá que suministrar en menor cantidad.

Al cepillar, empieza limpiando la superficie de las muelas con movimientos de atrás hacia delante.

La superficie exterior de los dientes se limpiará colocando el cepillo en un ángulo de 45 grados en dirección con la línea de las encías.

Es muy recomendable realizar movimientos suaves y breves moviendo el cepillo de atrás hacia delante.

La limpieza de las superficies frontales interiores se realizará manteniendo el cepillo hacia arriba y con movimientos suaves de arriba abajo con la punta del cepillo. Al cepillar la línea de las encías, hay que asegurarse de haber alcanzado hasta los últimos dientes del fondo.



Es conveniente cambiar de cepillo cada dos o tres meses, incluso antes si vemos que las cerdas están muy deterioradas.

Cada niño debe tener su propio cepillo evitando el intercambio de los mismos con otros niños.

Hay que enseñar al niño a enjuagarse los dientes tras el cepillado, pudiendo utilizar enjuagues bucales específicos para niños que aumentan la protección, y a realizar prácticas de limpieza interdental.




De este modo mantendremos un buen estado en todas sus encías.



Otros aspecto fundamental es mantener unos buenos hábitos alimenticios en los niños ya que a cortas edades se suele abusar de los dulces propiciando la aparición de las temidas caries.

En este sentido, es necesario regular el consumo de alimentos dulces y de productos azucarados proponiéndole en todo momento alternativas tan sanas como la fruta que además contribuyen a conseguir un estado de salud envidiable en el niño.

Recuerda que es responsabilidad del adulto conseguir unos dientes sanos y fuertes en sus hijos ya que ellos no son conscientes de la importancia de tener una dentadura sana y saludable durante el resto de sus vidas.




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