domingo, 7 de octubre de 2012

¿QUÉ HACER CUANDO UN DIENTE SE SALE DEL ALVÉOLO POR UN GOLPE?



Ante un accidente que provoque un golpe en la boca puede darse la situación de que al niño se le salga un diente por completo.
Estamos hablando de la avulsión dental o dentaria, que se da cuando un diente, conservando su integridad, sale de su alojamiento en el hueso debido a un traumatismo; es decir, el diente sale completamente de su alveolo.

Si el diente se sale de la boca hay que llevar al niño al odontólogo o a Urgencias (en general, al lugar adecuado para que reciba tratamiento odontológico de urgencia) tan pronto como sea posible, junto al diente, aunque si es un diente de leche éste generalmente no se reimplanta.

Como primeros auxilios para el niño debemos aplicar una compresa fría para el dolor en la boca y encías, y presión directa con una gasa para controlar el sangrado.
Lo fundamental es buscar ayuda odontológica inmediatamente.
Si se trata de un diente definitivo, se ha de evitar tocar el diente en la parte de la raiz y limpiarlo.

El diente se puede guardar en agua, leche o suero hasta llegar al consultorio: es importante mantenerlo en un medio húmedo.
Hay que llevarlo al odontólogo lo más pronto posible, ya que cuanto más se espere, menor será la posibilidad de reimplantarlo con éxito.
Si se puede, aunque imagino que esto debe de ser prácticamente imposible con un niño recién traumatizado, se ha de recolocar el diente en el alveolo y mantenerlo en su sitio mordiendo una servilleta o un pañuelo.
Se ha de proceder así, ya que es posible que el diente definitivo pueda volver a ser colocado en la boca del niño mediante una reimplantación.

En dicho proceso el diente, si es de nuevo colocado, se pega durante un determinado tiempo a los dientes vecinos para que se vuelva a unir al alveolo dentario.
También es necesario realizar el tratamiento de conducto de la pieza dental, ya que al salirse se corta el paquete vasculonervioso que le da vitalidad y asi evitar la necrosis y posterior abceso dental.
Como en el caso de los dientes rotos, se ha de hacer un seguimiento para controlar la vitalidad del diente.

Vimos hace pocos días que si el diente se le rompía se debían intentar coger todos los fragmentos y llevarlos al odontólogo para intentar recomponer la pieza dental.
Si el diente permanente se ha caído, se intentará hacer un reimplante, introduciéndolo en su lugar original.

Si es un diente de leche el que se sale, igualmente acudiremos al especialista para que determine cuál es la mejor forma de actuar, ya que no es lo mismo si un diente se sale a los cinco años que a los dos.
El traumatismo accidental de los dientes es quizá uno de los accidentes más dramáticos que le suceden a un individuo y su frecuencia en la clínica odontológica es cada día mayor.
En odontopediatría es aún más evidente, puesto que la incidencia de lesiones dentarias precisamente es mayor en la niñez y en la adolescencia.

Un diagnóstico correcto y una adecuada actitud terapéutica puede resolver definitivamente un caso o agravarlo, no sólo desde el punto de vista de la viabilidad del diente en la cavidad bucal, sino también por la importante repercusión psicológica que la sonrisa tiene en el individuo.

El tratamiento puede ser múltiple, desde eliminar el dolor protegiendo la pulpa (nervio) de los dientes, recolocación de los dientes avulsionados (se han salido del hueso que los sostiene), hasta distintas modalidades de tratamiento pulpar.

Diversos estudios han revelado que aproximadamente un 24% de los niños menores de 14 años han sufrido algún tipo de traumatismo en los dientes anteriores (incisivos).
Los niños son más propensos a sufrir lesiones en la dentición permanente que las niñas, especialmente entre los 7 y 11 años, factor que está íntimamente relacionado con la participación más brusca en deporte y juegos.

Entre los 6 y los 12 años, la edad escolar, y con un pico a los 9 años, encontramos el grupo de mayor riesgo para sufrir lesiones dentales, fundamentalmente debido, como hemos visto anteriormente, a la práctica de deportes violentos o juegos.
Suelen afectar a uno o pocos dientes.
En ambas denticiones (la dentición de leche y la dentición permanente), los dientes que con mayor frecuencia se fracturan son los incisivos centrales, sobretodo los superiores.
Las lesiones traumáticas siempre deben tratarse con carácter de urgencia; por ello, el tratamiento debe ser inmediato.
Toda terapéutica racional depende de la capacidad del profesional para formular un diagnóstico correcto.
Una historia clínica y una exploración minuciosa conducirá al diagnóstico adecuado.

Ya cuando se recibe en la consulta una llamada informando sobe un niño que ha sufrido un traumatismo, esta llamada nos debe servir como primera fuente de información diagnóstica, para descartar la existencia de otra lesión que requiera atención prioritaria en un servicio de urgencias del hospital más cercano al lugar del accidente.

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